En la mañana del Jueves pasamos un rato bueno, positivo, alegre y motivante. Nos centramos en lo que sí saldrá bien, y que si saliera mal, será un sitio desde el que comenzar para hacer que salga bien.
Hablamos de optimismo, de esa actitud que nos ayuda a enfocar la vida de una forma más esperanzadora y que finalmente acaba haciendo que consigamos nuestros objetivos.
Porque el que se centra en lo bueno aumenta considerablemente las posibilidades de que eso bueno ocurra.